miércoles, 19 de octubre de 2016

PRECIOSA RESEÑA DE MI INÉS DE HERRERA...

   Reproduzco a continuación una maravillosa crítica de mi novela que ha publicado el Diario CÓRDOBA el 20 de octubre de 2016. La firma Pablo Allepuz García, del Instituto de Historia del CSIC (Madrid), de cuya altura intelectual hablan sus propias palabras. Muchas gracias. Podéis encontrar el artículo en:

http://www.diariocordoba.com/noticias/opinion/desiderio-vaquerizo-herrero-alma_1089451.html

Desiderio Vaquerizo, herrero del alma

A la pequeña Inés de Herrera. La niña profeta (Ed. El Almendro, 2016), como parecía indicar la etimología de su propio nombre de pila, le correspondió ser a su pesar un cordero sagrado, sufrir un sacrificio brutal e innecesario, caer en la encrucijada de una hecatombe trascendental; o tal vez, bajo el peso implacable de la perspectiva histórica, simplemente fuera una más de esas metáforas bellas y trágicas que se pierden en la noche de los tiempos sin llegar a hacer efectiva su moraleja.
La última novela de Desiderio Vaquerizo (Herrera del Duque, 1959), él mismo ya profeta en su tierra, rescata la memoria de aquella niña apenas conservada en la tradición oral y a propósito pone al descubierto todas las pulsiones y pasiones humanas, tanto las más altas y puras como las más bajas y ruines.
Mediante un narrador en primera persona, el protagonista Fray Diego Martínez de Toledo, de unos acusadísimos contrastes, con el que uno quiere y no quiere identificarse por momentos, va evocando vívidamente los espacios de la España del año 1500, recreando el clima socio-político establecido por los Reyes Católicos y la Inquisición, profundizando en la realidad microhistórica de la minoría judeoconversa y configurando en suma una urdimbre de intereses encontrados que lo mantienen a uno en vilo de principio a fin, con el corazón en un puño; ahí, Vaquerizo, amante de lo ritual y la sacralidad de lo cotidiano, observador incansable y arqueólogo del alma, despliega un gran conocimiento de la cultura hebrea y construye de manera magistral la psicología de los personajes en relación al misterioso fenómeno desencadenante.
Y es que el descubrimiento de una persona extraordinaria, de uno de esos ángeles terrenales, puede dejarlo a uno totalmente indiferente o cambiarlo por completo y para siempre, lo cual depende en exclusiva de la nobleza espiritual y la voluntad de cada cual.
Yo, por mi parte, que para bien o para mal tengo algo de Fray Diego, en realidad como casi todos, me he ido tropezando a menudo con el demonio a lo largo de sus cuatrocientas páginas. Me refiero no (solo) al diablo cristiano que anida en buena parte de las acciones relatadas, sino (también) a El demonio de la teoría (Ed. Acantilado, 2015) que con tan meridiana claridad analiza Antoine Compagnon en torno a cinco conceptos clave de la crítica, a saber, la literatura en tanto que tal (literalidad), el autor (intención), el mundo (representación), el lector (recepción) y el estilo. Más allá de la trama argumental, enérgica y emotiva hasta límites insospechados, capaz de conmover al ser más frío, Desiderio Vaquerizo ha conseguido forjar una obra de gran complejidad estructural a la luz y el calor de aquellos fuegos infernales y las chispas de cada golpe del martillo de herejes, por cuanto, respectivamente, instruye deleitando, a través de una experiencia en cierto modo catártica; parece alzar su voz autoral por encima de las demás, aparece y desaparece, se muestra y se oculta; entreteje los documentos históricos con la inventiva, lo fáctico con lo ficticio, siempre dentro de la verosimilitud; pasa de la crónica de una muerte anunciada, estrategia eficacísima por cierto, al requiebro final del post scriptum, entre cervantino y posmoderno, que dota de nuevo sentido a todo lo anterior y anima a una consideración en segundo grado; y ajusta las expresiones y el tratamiento, en buena medida por contaminación de las transcripciones originales, contribuyendo así a la atmósfera general de la diégesis. Elementos, todos ellos, y aun alguno más, integrados con coherencia y armonía tales que no entorpecen lo más mínimo su lectura y pueden incluso pasar desapercibidos al público general, pero que en el fondo constituyen la condición necesaria de su éxito.
Y es que se trata de un libro excepcional, un particular ensayo sobre tolerancia y altura moral, que puede dejarles indiferentes --sinceramente, lo dudo mucho- o que puede cambiar por completo y para siempre su percepción de cuanto les rodea, desde las situaciones más triviales hasta las decisiones de la mayor relevancia; aunque eso, me temo, dependerá tan solo de cada uno de ustedes.

viernes, 14 de octubre de 2016

NUEVA PRESENTACIÓN DE INÉS DE HERRERA. LA NIÑA PROFETA EN ÚBEDA

  Para aquéllos que puedan estar interesados: el próximo jueves, día 20 de octubre, a las 19,30 h., presentaré mi nueva novela, Inés de Herrera. La niña profeta, en la librería LIBROS PROHIBIDOS de Úbeda, situada en la calle Virgen de Guadalupe s/n. Me acompañará Manuel Madrid Delgado, Técnico de Cultura del Excmo. Ayuntamiento de Úbeda. A quien le apetezca y pueda, será bien recibido.

domingo, 2 de octubre de 2016

INQUISICIÓN Y MILENARISMO 
(artículo publicado en el Diario CÓRDOBA el día 1 de octubre de 2016 con motivo de la presentación de mi novela en Córdoba el día 21 de ese mismo mes. Puede consultarse el original en: http://www.diariocordoba.com/noticias/opinion/inquisicion-milenarismo_1083341.html
          
En los albores del año 1500, Fray Diego Martínez de Toledo, joven dominico que ejerce como fiscal en el Santo tribunal de la Inquisición de la ciudad del Tajo, es convocado con urgencia por Don Diego de Deza, Inquisidor General de Castilla, León y Aragón, quien quiere encomendarle una misión muy especial. Mientras, en Herrera, pequeña villa próxima al Guadiana en los confines del Condado de Belalcázar, Inés, una niña de sólo 12 años hija de Juan Esteban, zapatero y curtidor, conversos ambos, ha comenzado a tener visiones; dice subir al cielo de la mano de su madre muerta y traer de allí un mensaje divino de gran trascendencia: el Mesías está a punto de llegar. Ambos personajes cruzarán sus destinos en una trama basada en hechos reales que pondrá al descubierto lo mejor y lo peor de la condición humana. De fondo, la crisis de milenarismo que se produjo en Castilla mediado el milenio, y el papel de máquina represora de letal eficiencia que, amparada en la supuesta defensa de la unidad de la fe y la ortodoxia católica, ejerció la Inquisición española. En un momento en el que la institución languidecía, ante una cierta creencia general de que la herejía había sido por fin erradicada, el brote de judaísmo mesiánico protagonizado por Inés de Herrera le vino como llovido del cielo para justificar su existencia, demostrar su autoridad y prolongar en el tiempo su reinado de intransigencia, terror e iniquidad. Empleándose a fondo con los judeoconversos les privó de referentes y modelos conforme a un concepto de la justicia supuestamente ejemplarizante, destinada en último término a disuadirles de seguir aferrados a la Ley Mosaica. El problema es que tardó poco en pervertir su objetivo, en beneficio de intereses espurios que, alimentados por la obcecación, la suspicacia y la rivalidad, persiguieron enriquecimiento fácil, venganza y poder; todo ello mediante lucha desigual a muerte, de la mano a veces de antiguos correligionarios, empeñados en despejar dudas y demostrar la verdad de su nueva fe a costa de misas, rosarios y ollas con tocino; de hacerse perdonar su pasado masacrando a los suyos.
            Esta es sólo una breve sinopsis de la novela Inés de Herrera. La niña profeta, que presenté en el Salón de Mosaicos del Alcázar de los Reyes Cristianos de Córdoba, en el marco del Otoño Sefardí, brillante iniciativa del Ayuntamiento cordobés, en pleno equinoccio de otoño, justo cuando comienza el Año Nuevo judío. Me acompañaron en la mesa M. Téllez, Teniente de Alcalde de Cultura; S. Alcázar, Alcalde actual de Herrera del Duque, donde sucedieron los hechos; J. Peláez, de Ediciones El Almendro, que ha publicado la obra; J. Calvo Poyato, historiador y escritor de renombre que hizo una glosa del libro verdaderamente magistral, y L. R. Gallardo, violín, que sublimó el acto con la sensibilidad, la pasión y la garra de sus interpretaciones. A ello se sumó una ingente cantidad de público que abarrotó el Salón de Mosaicos hasta el punto de verse obligados muchos a permanecer de pie o a marcharse. Entre los asistentes, numerosas personalidades de la cultura cordobesa, alumnos, familiares, amigos, pero también otra mucha gente que quiso asistir a la presentación atraída por la temática del libro o quizá el tirón de alguno de los participantes. Fue verdaderamente emotivo; todo un derroche de respeto, entrega y cariño ante el que quiero dar las gracias públicamente y de corazón. Cuando hace 44 años llegué a Córdoba para ingresar en su Universidad Laboral, sin más norte que labrarme un futuro ni otro consuelo que sorberme las lágrimas, no me habría atrevido siquiera a soñar que un día mi ciudad de adopción llegara a envolverme tan amorosamente en su manto, a acunarme como al más preciado de sus hijos. A día de hoy cuento con el privilegio de tener dos tierras, dos patrias, dos lugares a los que volver, raíces múltiples que tiran de mí con vehemencia de útero.
Mi historia retrata a una comunidad desgarrada entre el rechazo de los suyos y de los cristianos viejos; que frente al fanatismo imperante entonó de forma suicida un canto a la tolerancia, un grito desgarrado de libertad y esperanza, un afán explícito de paz y de convivencia, a las que nunca debería renunciar el ser humano. La obra está tan repleta de emociones, sentimientos y verdad que bien pudo ser esa la clave del éxito de su adaptación teatral, estrenada el pasado verano en la plaza de toros de Herrera del Duque bajo la dirección de E. García Ballesteros, con música de Acetre interpretada en directo. Fue una conmoción colectiva, el triunfo de un pueblo que ha decidido asumir su historia y reivindicarse a sí mismo. Están todos invitados el año que viene.