sábado, 3 de agosto de 2013

UNA NOCHE MÁGICA

  El pasado día 1 de agosto, a las 22 h. tuvo lugar en el Salón de Actos del Palacio de la Cultura de Herrera del Duque una nueva presentación de "Alfileres de cristal" que, sin duda, dejará una huella imborrable en todos los que tuvimos la oportunidad de compartirla. Herrera del Duque es mi pueblo natal, y volver allí me permite recuperar mis raíces, retomar el contacto con familia, amigos, vecinos, conocidos y un entorno que forma parte determinante de mi conformación como persona. En Herrera recupero, como por ensalmo, al niño que se vio obligado a abandonarla con sólo catorce años; una especie de catarsis que no hace sino sumar intensidad a la relación que me une con tan particular y querido paisaje humano y físico.

  El acto, en un auditorio que abarrotaban más de trescientas personas, dio comienzo con una sorpresa que nadie esperaba: tras apagarse las luces, salió a escena Rocío Barba, una preciosa criatura de sólo dieciséis años, con una sensibilidad artística fuera de la común. Acompañada al piano de Jesús Gutiérrez, ambos amateurs, pero cargados de verdad, acometió A ciegas, de Quintero, León y Quiroga, con desgarro y pasión impropias de su edad que consiguieron, de entrada, poner las emociones a flor de piel. No olvidemos que el título de la novela está extraído de una estrofa de esta copla magistral, que tan de moda ha puesto estos últimos años Miguel Poveda.

  Tras dejar que los asistentes se rompieran en aplausos, inició el turno de intervenciones Laura García, concejala de Cultura del Ayuntamiento de Herrera. Le siguieron nuestro alcalde, Saturnino Alcázar, que tanto ha hecho por Herrera en el tiempo que lleva al frente de su Consistorio; a continuación una emocionada Mª del Mar Ledesma, encargada de la Biblioteca Municipal de Herrera y verdadera alma del evento, Clara García, maestra y co-fundadora, conmigo y otros amigos, de la Asociación Cultural Castillo de Herrera allá por principios de los años 80, y finalmente yo mismo. En mi breve discurso, que limité todo lo posible en beneficio del coloquio que habría de venir a continuación, quise recordar la primera vez que presenté mi obra en Herrera (concretamente, "Callejón del lobo", en los Salones Ismael), y cómo ha evolucionado mi relación con mis paisanos y la vida cultural del pueblo, que llama realmente la atención estos últimos años por su efervescencia. Cuando creamos la Asociación hace tres décadas hubiera sido impensable reunir en Herrera a 350 personas una noche de agosto ¡para hablar de libros!; y sin embargo, empieza a ser habitual, indicativo por tanto de que algo ha cambiado, quizá, sencillamente, porque fructifican por fin las semillas sembradas durante tantos años, en éste y en tantos otros aspectos. Por lo que a mí se refiere, tenía que agradecer el apoyo, el cariño y el respaldo, absolutamente incondicionales, con los que me regala a diario la gente de Herrera. Con ellos me hacen sentir que merece la pena cualquier esfuerzo.

  Antes de terminar, volví a dar paso a Rocío y Jesús, que interpretaron en esta ocasión dos nuevas coplas de las que conforman la banda sonora de mis "Alfileres": Que me perdone Dios, y Con los bracitos en cruz. De nuevo, la magia, favorecida por el pellizco y la expresividad de Rocío, a la que auguro un futuro brillantísimo si es que decide dedicarse al mundo del espectáculo, o por lo menos hace alguna incursión ocasional, compaginándola con sus estudios, que son para ella, con el mejor de los criterios, prioridad.  Tras su éxito renovado, Laura abrió el debate y, como no podía ser de otra forma y yo esperaba, tomaron en primer lugar la palabra las componentes del Club de Lectura de Adultos de la Biblioteca Municipal de Herrera del Duque, con las que el día anterior había compartido dos horas de charla en la última de las sesiones dedicadas a Alfileres de cristal, y que en esta ocasión se distinguían todas por llevar zapatos, vestidos o lazos rojos, en homenaje a mi Penélope y a alguno de los personajes que la acompañan en su particular Odisea, particularmente Juana. Fue casi una hora de intenso debate, al final del cual, ese mismo grupo de mujeres (el único componente masculino no pudo asistir esa noche) subieron al escenario para, de forma totalmente inesperada, hacerme un obsequio que conservaré siempre como recuerdo de una noche especialísima. Después, la consabida firma de libros, que se prolongó hasta bien pasada la medianoche, y finalmente Rocío y Jesús cantando otra vez en el escenario sólo para unos pocos privilegiados antes de irnos a celebrarlo.

  En definitiva, Herrera del Duque, mi pueblo, y su gente, me han vuelto a regalar con lo mejor que tienen: su respeto, su apoyo incondicional y su afecto. Por todo ello, un millón de gracias, de corazón, a cuantos lo hicieron posible. No olvidéis que allí estaba toda mi familia y un montón de amigos entrañables, venidos incluso de pueblos cercanos como Navalvillar de Pela, Puebla de Alcocer y Fuenlabrada de los Montes (de esta última acudieron legión). La generosidad de Mª del Mar y Laura, el cariño de Satur y Clara, el arte de Jesús y Rocío, la pericia técnica de Abel, el respaldo de Javier Romero, que preparó la banda sonora, el ingenio de Carmen Antón, la sensibilidad del Club de Lectura...; y, por supuesto, la presencia masiva de tantas, tantas personas, a las que quiero, revivieron en mí el orgullo de sentirme herrereño.

   La transmisión completa del acto, patrocinada por el Ayuntamiento de Herrera, podéis verla en su página web, a través del enlace: http://herreradelduque.com/actualidad/Ampliada.php?CLAVE=3108

  Por cierto, las fotos que vienen a continuación me han sido cedidas por Juana Mª Ledesma, a la que agradezco el gesto.